Por: El Tiempo
04/07/2019
Marcó la izquierda colombiana los últimos años y murió a sus 86 años. Era esposo de Clara López.
Carlos Romero, quien falleció este jueves a la edad de 86 años en Bogotá, víctima de una afección cardíaca, marcó la historia reciente de la izquierda colombiana.
Era de origen samario, pero Bogotá fue el escenario más importante de sus luchas políticas. Por décadas (los setenta, ochenta y noventa) llegó a ser el decano de los miembros del Concejo de Bogotá.
Fue bastión del Partido Comunista Colombiano (PCC), cuando las Farc como organización armada, tenían vasos comunicantes con esta colectividad. Romero lideró decenas de intensos debates contra todos los alcaldes de la ciudad y sus secretarios. Era temido.
Por lo menos en 10 ocasiones terminó en la cárcel como consecuencia de sus luchas políticas. Aunque le aquejaban trastornos de salud desde hace varios años, Romero no abandonó la política. Nunca. Y no la abandonó, porque encontró una razón mayor para ejercerla: el amor. Su amor por Clara López, una mujer de la aristocracia colombiana de quien se enamoró perdidamente a punta de vallenatos, y convirtió en su esposa.
En 1999, con motivo de la persecución a la Unión Patriótica, organización a la que habían virado las Farc en busca de convertirse en opción política, tuvo que huir hacia Venezuela en compañía de su esposa para salvar su vida.Romero representaba en el Concejo de Bogotá a lo más refinado de la izquierda y Clara López, como Contralora de la ciudad, era una expresión del establecimiento.
La historia que ellos mismos relatan da cuenta de intensos debates entre ambos por sus posturas políticas e ideológicas.
Pero fue después de un almuerzo al que fueron invitados por el exalcalde liberal, Alfonso Palacio Rudas, que nació el amor.
Pocos entendieron esa mezcla de amor y política que fundió sus vidas. Ambos declaraban su amor en público sin rodeos.
Quienes vivieron momentos a su lado como amigos consideran que el amor logró hacer de lado ciertas diferencias políticas entre Carlos Romero y Clara López, y que en este último campo hallaron su propio centro.Después de ser el decano del Concejo de Bogotá por décadas, Romero intentó llegar al Senado, pero no le alcanzaron los votos.En noviembre de 2012 Romero fue citado a interrogatorio por la Fiscalía en la investigación por el llamado ‘carrusel’ de la contratación en Bogotá.
De hecho en una carta el entonces Fiscal General Eduardo Montealegre pidió garantías en el proceso para “no ser enjuiciado ni investigado por causas espurias, refrendadas por testimonios mentirosos”.
Finalmente por esos hechos el proceso no avanzó y no fue citado a ninguna imputación de cargos.Tras su fracaso de llegar al Capitolio, Romero, ya con quebrantos de salud se dedicó a ayudar a López en su agitada vida política.
Aún desde su lecho de enfermo Romero daba ideas, escribía textos, controvertía y llamaba a sus huestes para apoyar a Clara.
Romero terminó, por razones de amor, de gregario político de Clara López, su amor, hoy aspirante a alcaldía de Bogotá.
