Por: El Espectador
18/11/2019
Así reza en el acuerdo que firmó el socio de Pedro Orejas con la justicia de ese país, donde se encuentra recluido desde enero de este año.
Horacio de Jesús Triana, quien cogió vuelo en el negocio y fue reconocido como el “nuevo zar de las esmeraldas” tras la muerte de Víctor Carranza, aceptó cargos por narcotráfico y obstrucción a la justicia en Estados Unidos. Triana firmó un preacuerdo con la justicia de ese país ante una corte del sur del estado de Florida el pasado 15 de noviembre y, además de aceptar haber enviado cocaína a territorio norteamericano e intentar esconderlo, se compromete a colaborar con las investigaciones judiciales al respecto.
Triana es socio de Pedro Nel Rincón alias Pedro Orejas, supuesto líder de una organización de narcotráfico que operaba en Boyacá. El esmeraldero, oriundo de Maripí —también en Boyacá— y ahora preso en Estados Unidos, fue capturado en abril de 2016 por fabricación, tráfico, porte de armas de fuego y tentativa de homicidio sobre otro empresario de la misma región, hechos por los cuales fue condenado a 10 años y un mes de prisión por el Juzgado 29 de Conocimiento de Bogotá.
Según la acusación en Estados Unidos, Triana se concertó con Orejas y con sus hermanos, Gilberto y Omar Josué Rincón Castillo, para, de la mano del exalcalde de Coper (Boyacá) José Rogelio Nieto Molina, distribuir cocaína suelo norteamericano entre 2002 y 2015. “Testigos que cooperan en el caso ayudaron a cada uno de los acusados a construir y operar por lo menos diez laboratorios de cocaína en Boyacá y sus alrededores”, se lee en el documento de la Corte Suprema que aprobó la extradición del nuevo “zar” en octubre del año pasado.
En este nuevo documento, Triana acepta responsabilidad por las conductas que se le endilgan, pero también, por el delito de obstrucción a la justicia. “El sindicado (Triana) acepta que en conductas ocurridas entre abril y noviembre de 2018, y cometidas por él y por otros, incluyendo a su hijo, Yerson Triana Rincón, implicaron una conspiración para asesinar testigos que creyeron responsables por la acusación que profirió la justicia en su contra o que creían que podrían testificar en contra del sindicado en juicio”, dice el documento.
