Por: El Tiempo
18/11/2019
‘Indictment’ revela nexos de esmeralderos con el excapo que compró acciones de Santa Fe y con Auc.
Escondidos entre las líneas finales del indictment contra el otrora poderoso esmeraldero Horacio de Jesús Triana Romero, la justicia de Estados Unidos entrega nombres y evidencia de los nexos entre el fútbol colombiano, las mafias del narcotráfico y el paramilitarismo.
Tal como lo reveló EL TIEMPO, Triana terminó aceptando cargos por narcotráfico y obstrucción a la justicia.
De hecho, quedó ad portas de una severa sentencia –que se conocerá el 28 de abril de 2020–, tras admitir un plan para asesinar a testigos en su contra, en alianza con su hijo Yerson.
Pero también aceptó haber traficado con paramilitares y capos purasangre.
Uno de los nombres que menciona la justicia de Estados Unidos es el de Julio Lozano.
Aunque en el escrito de aceptación de cargos no se dan mayores detalles de este sujeto, fuentes federales confirmaron que se trata de Julio Alberto Lozano Pirateque, el mismo al que la justicia colombiana señaló como responsable de infiltrar narcodinero al Independiente Santa Fe.
Lozano, conocido con el alias de Patricia, está en libertad desde hace 3 años, y varias fuentes lo ubican en Colombia, donde tendría entre sus planes recuperar negocios lícitos que abandonó.
EL TIEMPO estableció que Lozano estaba en la lista de testigos en el juicio a Joaquín el ‘Chapo’ Guzmán, líder del cartel de Sinaloa, condenado a cadena perpetua.
Aunque su testimonio no fue usado, Estados Unidos sabía que parte de la coca que Lozano movió, más de 900 toneladas, lo había sido en alianza con el ‘Chapo’. Además, que blanqueó al menos 11 billones de dólares.
Por estos cargos, Lozano –hoy de 56 años– pagó tan solo seis años de cárcel, a pesar de que figuró en los organigramas de las agencias federales como el jefe de Daniel el ‘Loco’ Barrera, poderoso capo que también terminó extraditado.
Estas relaciones llevaron a que las autoridades realizaran en su momento varias inspecciones judiciales al Santa Fe.
El nexo entre Lozano y Triana –ambos boyacenses y surgidos del negocio de las esmeraldas– queda claro con una escueta frase del indictment revelado este lunes por EL TIEMPO: “Había entregado ventas minoritarias a Julio Lozano para lavar las ganancias del narcotráfico”.
Y agrega que hubo una serie de negocios que Triana hizo con sus minas en Maripí, Boyacá, para utilizarlos como fachada del dinero que logró obtener a través del tráfico de cocaína.
En ese esquema delincuencial también se menciona a Pedro Nel Rincón, conocido como ‘Orejas’, a Yesid Nieto y a paramilitares.
En un documento anexo a la aceptación de cargos se detalla la manera como el llamado ‘clan Triana’ traficó coca durante años.
En efecto, autoridades de Estados Unidos señalan que había decenas de laboratorios de procesamiento de coca en la misma zona en donde explotaban esmeraldas y protegían con ejércitos privados: Otanche, Boyacá.
“En el 2000, las Farc se movieron hacia Boyacá con el propósito de cobrar impuesto sobre los cultivos de coca y los laboratorios. En respuesta a ese lucrativo negocio, Horacio Triana (casado con la hermana de Pedro Rincón) contactó a Yesid Nieto”, se lee en los folios de la corte del Distrito Sur de Florida.
Y agrega que, incluido el ‘clan Rincón’, habían vendido acciones de sus minas de manera inflada a capos, entre ellos Lozano, para tener protección.
Para la justicia de Estados Unidos es claro que Rincón sabía que Nieto tenía nexos con las autodefensas, a través de Freddy Rincón, alias el Alemán.
En cuanto al cargo de obstrucción a la justicia, la investigación señala que Triana y su hijo, Yerson Triana Rincón, conspiraron durante el 2018 para asesinar a testigos en su contra.
Pero, a cambio de su aceptación de cargos, Triana libró a su hijo de una futura extradición. Sin embargo, el caso está sujeto a que Yerson sea condenado en Colombia a una pena no menor de 10 años.
Triana también aceptó que sean confiscados sus activos, lo que puede implicar la recomposición del negocio esmeraldero.
Tal como lo reveló EL TIEMPO, la banda de ‘los Triana’ hizo alianzas con la oficina de cobro del sanandresito de la 38, para eliminar a otro poderoso esmeraldero que estaba recogiendo evidencia en su contra. Incluso, estaban negociando un rocket en Venezuela para destruir una oficina en Bogotá, con puertas y paredes blindadas.
