Por: El Espectador
19/12/2019
El hombre fue deportado en julio de este año desde México, cuando se conoció que había un sentido de fallo condenatorio en su contra. Hasta este jueves fue condenado.

Édgar Orlando Gaitán Camacho, el falso taita que aprovechó sus conocimientos ancestrales para abusar sexualmente de mujeres, fue condenado a 29 años de prisión por cuatro casos de violaciones. El hombre, según se pudo comprobar, se aprovechó de su posición social para fingir tomas de yagé en las que, una vez sus víctimas eran dejadas inconscientes, abusaba de ellas.
Gaitán, que nació el 25 de diciembre de 1958, es oriundo de Sucre (Santander), estudió hasta cuarto de primaria y en su adultez creó su propia colectividad aprovechando que había adquirido conocimientos indígenas: la comunidad carare, en la finca El Sol Naciente, de La Vega (Cundinamarca). Ahora, deberá pasar los próximos 29 años de su vida en la cárcel, pues la jueza que lo condenó no le dio ni el beneficio de casa por cárcel, ni las rebajas de pena a las que podría haber accedido, dada la gravedad de los hechos.
En la audiencia de condena, que tuvo lugar este jueves en Guaduas (Cundinamarca), la jueza dijo que “haciéndose necesario una pena ejemplar en procura de su resocialización”, Gaitán Camacho no merecía ningún tipo de beneficio sobre su condena —lo que los abogados llaman subrogados penales—. Por esto, además de estar privado de su libertad, el falso taita no podrá ejercer ni postularse a cargos públicos por el mismo periodo de tiempo al que fue condenado.
En el proceso se conoció, como informó este diario, que Gaitán Camacho armó un supuesto consultorio médico en Bogotá para abusar sexualmente de decenas de mujeres que creyeron estar siendo sanadas en medio de rituales indígenas. En este caso, en específico, se probó que abusó, por lo menos, de cuatro. A todas las manipuló psicológicamente y se aprovechó de su fe para someterlas durante años a vejámenes.
Los primeros rumores sobre abusos sexuales cometidos por este hombre se conocieron hacia 1999, cuando algunas mujeres comentaron que Gaitán las tocaba. Los casos susurrados no llegaron nunca a oídos de la justicia, pero sí se ventilaron entre la comunidad. En aquella época, Gaitán intentó justificarse diciendo que un demonio “lo había tentado a través de una mujer” y el tema no trascendió hasta que una joven fue a la Fiscalía. Esa primera denunciante develó su modus operandi y narró que fue abusada por el taita en cuatro ocasiones, en medio de sesiones con yagé para curar unos quistes en sus ovarios.






